Los seres humanos tienen la gran ventaja de ser seres pensantes y de poseer la libertad en el momento de tomar decisiones determinadas dependiendo de situaciones en las cuales en algún momento determinado de la vida se pueden considerar como acciones buenas o malas dependiendo del grado de conveniencia que se requiera de las cosas. Somos seres que podemos cambiar la situación de cualquier acción que nos cause temor, angustias o simplemente que no nos interese realizarlo, excepto aquellos patrones que ya están predeterminados en el origen natural de las personas, tales como su color de piel, su estatura, su raza, etc. es importante señalar que en muchas ocasiones esa libertad humana que nos permite desarrollar o llevar acabo cualquier actividad se ve condicionada por las aptitudes y destrezas que pueda poseer determinada persona.
Nuestra vida cotidiana nos enfrenta siempre ante situaciones difíciles, en los cuales debemos optar por aquella decisión que nos resulte mas conveniente realizar. Cada una de nuestras acciones dentro de la sociedad se realiza por algún motivo, entendiéndose esta como la razón que se cree tener para realizar algo. Las ordenes, las costumbres y los caprichos son parte de esos motivos, en los cuales, simplemente se manifiesta por los convencionalismos sociales, que nos indica nuestro comportamiento ante la sociedad o también se puede ver reflejados por el grado de compromiso o responsabilidad que se asuma en un momento determinado, lo que nos impulsa a llevar a cabo nuestros compromisos y obligaciones.
La libertad es la capacidad que tienen los seres humanos de tomar decisiones que pueden ser consideradas como buenas o malas dependiendo de la conveniencia o situación en la que se encuentra el individuo. Este es el asunto del cual se ocupa la ética, por tanto, podemos decir que la libertad permite al individuo poder decir si o no, que me conviene y que no.
Los motivos, los cuales son considerados como las ordenes, las costumbres y los caprichos, en muchas ocasiones nos inducen a emprender acciones de buenas a primeras es decir, nos dejamos llevar por situaciones en la que no pensamos detenidamente ¿que tan ventajosa resultaría tomar dichas decisiones sin detenernos un poco a pensar?
Es importante señalar que en el momento de tomar alguna decisión por muy simple que ella sea, es necesario pensar mas de una vez las acciones que vayamos a emprender, esto quiere decir, que los seres humanos debemos ser personas racionales que estudien detenidamente a fondo cada hecho que se desea realizar.
Por otra parte las opiniones que se poseen de las acciones o cosas que se consideran buenas o malas varían mucho y dependen de la perspectiva o del punto de vista que cada persona le otorgue a dichas acciones. se puede decir que los criterios dados sobre si algo es bueno o malo es de carácter subjetivo. Se puede afirmar que una cosa es buena cuando tenemos bien claro para que nos sirven. Ni las costumbres ni los caprichos bastan para guiarnos en cuanto a la libertad, y esta claro que no existe un reglamento que enseñe al hombre a ser bueno o malo, o al comportamiento que debe asumir éste como tal.
Hay que dejar de lado esas costumbres y caprichos que como señale anteriormente, nos induce a tomar decisiones si el previo análisis o estudio racional. Sin embargo todos aquellos hechos que nos induce a realizar algo deben provenir de nuestro interior, es decir, todas aquellas decisiones que tomemos en nuestras vidas deben ser por nuestra propia voluntad y que dichas decisiones no sean influenciadas por terceros.
La libertad del hombre es algo complejo, ya que al momento de tomar alguna decisión sobre hacer o no hacer algo, ya estamos tomando esa libertad de poder elegir o decidir lo que deseamos, en síntesis, se puede decir que os seres humanos somos libres en todo momento.
El autor señala que no hay que confundir "haz lo que quieras" con los caprichos. esto quiere decir que no es lo mismo hacer lo que deseamos porque proviene de nuestra voluntad, a hacer lo primero que se nos venga en gana. Además es necesario establecer en nuestras vidas un orden de prioridad en el momento de ejecutar o emprender alguna actividad, con el propósito de que nos reporte el mayor grado de beneficio posible.
Las relaciones humanas juegan un papel importante en el desarrollo de las sociedades. Se dice que existe buena vida en la medida en que los individuos que componen dicha sociedad sean capaces de relacionarse unos con otros de manera solidaria, afectuosa, carismática, etc. es importante destacar que las riquezas personales no representan el "buen vivir" para todos, muchas personas en el mundo dan un valor incalculable a la amistad, el respeto, el cariño, la comprensión, entre otras.
El hombre no nace hombre desde su concepción, el necesita una transformación social y cultural que le permita socializarse con los demás miembros de su especie. Los individuos deben aprender a hablar y a escuchar, es decir, dar un trato humano a sus semejantes. El proceso de humanización requiere necesariamente la continua interacción entre los hombres.
Los seres humanos deben recibir un trato como tal, y no como una cosa, puesto que si obramos de esta manera recibiremos siempre el mismo trato que hemos dado.
Las personas dentro de las sociedades en muchas ocasiones se encuentran con problemas a la hora de tomar decisiones que le permita formarse o llevar a cabo sus propuestas, debido a que se encuentran dentro de un mundo rodeado por incertidumbres, temores, angustias o en otros casos los invaden el ocio, el facilismo, el conformismo, entre otras cosas, y por tanto no se sienten capaces de atreverse a enfrentar este mundo lleno de complejidades. El autor hace referencia al término imbécil, queriendo referirse a todas aquellas personas que de alguna forma necesitan apoyarse en terceros o muchas veces son influenciados, para llevar a cabo sus propósitos quedando de esta manera restringida su capacidad de libertad y por ende no pueden disfrutar de lo que llamamos la buena vida.
Para evitar la imbecilidad, es necesario estar muy atento ante todas las situaciones que nos enfrentamos a diario y además aprender y prepararnos todo cuanto sea posible. La conciencia es algo que se adquiere con el paso de los años y nos permite levar a cabo acciones de una manera justa y racional. La conciencia nos podrá ayudar en la cura de lo que el autor llama imbecilidad moral, ya que permite fijarnos o reflexionar exactamente sobre lo que queremos hacer bien para nosotros, además nos ayuda a tomar una aptitud responsable de cada uno de los actos que realizamos, ya sean buenos o malos.
Debemos actuar en cierta manera con egoísmo, claro, siempre y cuando se fundamente en la búsqueda del querer lo mejor para si mismo, es decir, la buena vida entendiéndose esta como la solidaridad, el respeto, la comprensión, la amistad, el cariño entre otras.
Siempre que actuamos de mala manera nuestros pensamientos se invaden de remordimientos, aun en aquellos casos donde nada ni nadie vaya a tomar represalias contra nosotros. El simple hecho de renunciar a algo que nos guste y que por determinadas razones no la realicemos ya sea por caprichos ordenes y costumbres nos crea una situación de inconformidad con nosotros mismos, lo cual son esos remordimientos de los que hemos hablado.
Es precisamente la libertad, la que nos permite tomar decisiones en nuestras vidas. Todas las acciones deben tomarse con el mayor raciocinio posible, puesto que una vez que son realizadas ya no tienen marcha atrás y es lo que nos provoca esos remordimientos que nos agobia. En síntesis el remordimiento es el descontento que sentimos cuando hemos empleado mal la libertad.
Debemos asumir en todo momento una aptitud responsable de nuestras acciones y reconocerlas por muy mal que sean, ya que esto nos fortalece y nos permite disfrutar siempre de libertad.
Las personas deben desarrollar esa capacidad de socializarse con otros hombres para así vivir humanamente. La comprensión, el entendimiento, el intercambio de ideas son alguno de los factores que nos permite alcanzar esa fusión de pensamientos entre los individuos, siendo ello, la especialidad de lo que se ocupa la ética. La libertad de pensamiento induce a los hombres a considerar situaciones buenas o malas y que pueden ser valoradas de manera muy distinta para cada persona en particular, es decir, no siempre existe un acuerdo entre los hombres en cuanto a la valoración de dichas acciones, siendo por tanto de carácter subjetivo.
La actitud que tomemos frente a las demás personas incide directamente en el trato a recibir por parte de ellas, por ejemplo, si somos personas amables y cordiales es muy probable que recibamos el mismo trato, aunque en ciertas ocasiones no siempre ocurre lo que esperamos. Sin embargo debemos estar conscientes de que la forma de comportamiento que adopte cualquier humano se ve influenciada por el entorno que lo rodea, es decir, la falta de cariño, amistad, solidaridad, comprensión, autoestima entre otras, los induce a tomar actitudes pocos sociales, pero que por el hecho de ser humanos debemos darle un trato como tal y no discriminarlos o excluirlos.
La capacidad de imitar las cosas que son consideradas buenas nos permite dar cambios importantes en cuanto a nuestra conducta y comportamiento, esto implica, que si en algún momento de nuestras vidas hemos tenido tropiezos, tenemos esa gran ventaja de poder rectificar esa situación con la ayuda del tiempo y de nuestra voluntad de querer realmente cambiar para bien las cosas.
Tratar a las personas humanamente consiste en ponerse en lugar de ellas, tomar su punto de vista para de esta manera poder comprender realmente su situación. Debemos trazarnos metas en nuestras vidas y buscar los intereses que nos beneficien pero siempre y cuando tengamos presente que no estamos solos, que debemos también buscar el interés colectivo para de esta manera lograr lo que hemos llamado humanización. de esta manera podemos decir que "el que no vive para servir, no sirve para vivir".
Por otra parte el autor hace referencia a los placeres de la vida, entendiéndose como todas los actos que realizamos y que nos reporta bienestar, felicidad y por tanto alegría. Existen casos en que estos placeres sin considerados acciones inmorales, por la razón de darles la libertad a las cosas que nos apetecen y que de alguna manera nos hace sentir bien.
Algunas personas en nuestra sociedad nos limita esa capacidad de disfrute que nos emotiva, nos hace sentir libres y nos fortalece internamente, debido a los temores sociales que enfrenta el hombre por el miedo al placer. Sin embargo el placer nos distrae mas de la cuenta, lo cual nos puede perjudicar y es por esta razón que encontramos algunas restricciones en cuanto a las cosas que queramos siempre hacer. Nada en la vida es malo solo por el hecho de que dé el gusto hacerlo.
El placer en la vida no es tenerlo todo, sino saber disfrutar al máximo lo poco que se tiene . El placer es estupendo cuando lo ponemos al servicio de la alegría.
Algunas personas tienden a calificar a la política como una inmoralidad que carece de ética, sin embargo estas personas no tienen un concepto bien definido de lo que es tener ética. La ética no sirve para hacer críticas de nuestros semejantes, ella nos sirve fundamentalmente para poder realizar reflexiones sobre nuestro entorno, y además para mejorarnos a nosotros mismos. Los políticos son injustamente calificados como seres que carecen de un sentido ético en el desempeño de sus funciones, sin tomar en cuenta que la política, es una ciencia social que es demasiada compleja que debe abarcar el estudio de todas las personas que componen una sociedad y que por ende tienen gustos, preferencias, criterios entre otras razones que son diferente para cada miembro de dicha sociedad. La mala fama que provienen de ellos se debe precisamente al incumplimiento promesas futuras que son presentados ante la sociedad como una de sus metas a cumplir.
La ética y la política por tanto deben estar inseparablemente unidas con el propósito de crear el máximo bienestar posible de los integrantes de una sociedad en particular. El objetivo de la política es organizar bien la mejor manera de vivir, que es precisamente lo que se ocupa la ética, es decir, la libertad para tomar decisiones que nos conlleve a un mejor vivir socialmente.
También se puede decir, que entre la ética y la política existen diferencias. Por un lado, la ética se ocupa de la libertad personal o individual. La política intenta coordinar la manera mas provechosa el conjunto de acciones de lo que muchos hacen con su libertad. La ética lo que busca es alcanzar el bien, mientras que la política lo que persigue es alcanzar el resultado favorable de sus acciones, intentará por todos los medios posibles, obtener ciertos resultados y evitar a cuesta de fuerza si es necesario otros.
Es importante señalar que la ética como hemos venido señalando es la libertad que tenemos de querer hacer lo que consideramos para nosotros buenos, sin embargo, la política vela por que el funcionamiento social sea de la manera mas armónica posible. No todos las situaciones que se presentan en nuestras vidas tienen que darse de una manera provechosa, existen situaciones, en la que las cosas planificadas previamente cambian su orientación totalmente. es allí, donde es necesario aplicar nuestra ética y la racionalidad humana para hacer frente a todas estas situaciones de una manera responsable.
Por mucho mal que exista en nuestra sociedad, siempre habrán personas que estarán dispuestas a dar lo mejor de si para cambiar en la medida de los posible esta situación. La política en todo momento debe adaptarse a esa libertad humana de poder decidir libremente, de poder pensar, de crear, de expresar nuestras opiniones, etc. El hombre debe hacer uso en todo momento de la libertad humana, teniendo siempre presente el criterio de responsabilidad, y de tratar de ofrecer a sus semejantes un trato humano con justicia social.
La condición que tiene cada humano de ser tratado como tal entre todos los demás se llama dignidad. Los humanos no son objetos que pueden ser cambiados por cosas u objetos, es decir, los humanos a diferencia de estas cosas materiales, no tienen un precio que pueda comprar su forma de ser, su personalidad, su dignidad. Por tanto la dignidad humana nos hace a todos semejantes, porque cada quien es único.
Quien desee la buena vida para si mismo, de acuerdo al proyecto ético, tiene también que desear que la comunidad política de los hombres se base en la libertad, la justicia y en los derechos humanos fundamentalmente.
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