El Protocolo de Kioto sobre el cambio climático es un instrumento internacional que tiene por objeto reducir las emisiones de seis gases provocadores del calentamiento global: Dióxido de carbono, Gas metano, Óxido nitroso, además de tres gases industriales fluorados: Hidrofluorocarbonos, Perfluorocarbonos y Hexafluoruro de azufre, en un porcentaje aproximado de un 5%, dentro del periodo que va desde el año 2008 al 2012, en comparación a las emisiones al año 1990. El 11 de Diciembre de 1997, los países industrializados se comprometieron, en la ciudad de Kioto (Japón) a ejecutar un conjunto de medidas para reducir dichos gases.
Se estableció que el compromiso sería de obligatorio cumplimiento cuando lo ratificasen los países industrializados responsables de las emisiones. Con la ratificación de Rusia en Noviembre de 2004, después de conseguir que la Unión Europea pague la reconversión industrial, así como la modernización de sus instalaciones, en especial las petroleras, el protocolo ha entrado en vigor.
Se promovió también la generación de un desarrollo sostenible de tal forma que se utilicen también energías no convencionales y por tanto disminuye el calentamiento global. La UE aceptó el objetivo de un 8% de reducción , Estados Unidos 7% y Japón 6%. Sin embargo otros países tendían a estabilizar sus emisiones tales como Nueva Zelanda, Rusia y Ucrania. Otras sin embargo tienen la posibilidad de incrementarlas como Noruega 1% y Australia un 8%.
El calentamiento global, provocado principalmente por emisiones de gases industriales a la atmósfera es un tema en la actualidad de gran preocupación. Las proyecciones realizadas recientemente a través de modernos sistemas computarizados, muestran grandes catástrofes en todo el planeta. El progresivo calentamiento de la tierra hace que los casquetes glaciares que se encuentran en la Antártida y en los polos, se desprendan por el efecto del deshielo incrementándose el nivel de los océanos. Por otra parte, el calentamiento de los océanos aumenta rápidamente el proceso del ciclo del agua, lo que se traduce en mayores precipitaciones durante todo el año. Estos dos factores que conllevan a un incremento no sustancial pero signifivcativo de los mares y océanos implica la desaparición de costas, especies terrestres y marinas e incluso de grandes ciudades. Por citar un ejemplo, si en los próximos 10 a 15 años no se toma conciencia en cuanto a este calentamiento global, se estima un incremento del nivel de los mares será de 15 a 20 centímetros, esto implica la desaparición de costas tales como: los Cayos de Florida, Islas Maldivas, Indonesia, entre otras, sumado a esto, la desaparición de especies marinas, manglares y arrecifes de coral el cual representa el sustento y hogar de una gran diversidad de especies acuáticas.
Es importante tomar consiencia sobre este grave problema, ya sea reemplazado combustibles fósiles por energía alterna no contaminante, reforestar los bosques, evitar el uso de productos que contengan clorofluocarbonos, controlar las emisiones de las grandes empresas y tratar de gravar por el costo social que implica sus externalidades negativas.
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